Los medios de comunicación social juegan un relevante rol en el escenario del desarrollo contemporáneo. Particularmente, en el plano del desarrollo regional, su importancia se acrecienta en tanto constituyen un espacio que propicia el establecimiento de vínculos y la conformación de una identidad común en cuanto relatan hechos y abordan situaciones que permiten a quienes les siguen sentirse parte de una comunidad.
El cambio en el plano sociocultural que acompaña un proceso de desarrollo regional y local requiere definir imágenes compartidas de desarrollo, de manera tal que sea posible movilizar recursos en esa dirección. En este sentido, la comunicación social actúa sobre la base de tres factores críticos para este complejo proceso de cambio.
En primer término, propicia el despegue de procesos de innovación, mediante la difusión de ideas en torno a los grandes proyectos de desarrollo regional y local, planteando metas soñadas y posibles de alcanzar, convocando a personas que se hagan partícipes de ellos, aportando información y conocimiento clave que propicie la movilización de recursos materiales y humanos hacia los logros deseados.
En segundo lugar, los medios de comunicación cumplen un importante rol de animación en torno a los proyectos estratégicos para el desarrollo regional, en la medida en que logren sostener el apoyo informativo en el tiempo, dando continuidad activa al proceso de difusión que permita destacar los aspectos positivos para que persista la dinámica de los proyectos innovadores.
Y en tercer lugar, por cierto que cumplen el importante rol de hacer seguimiento y control en la ejecución y dinámica de los grandes proyectos de desarrollo regional, canalizando la crítica cuando se es preciso y la acción de denuncia requerida, cuando emerjan fallos, desviaciones o distorsiones de los proyectos estratégicos, cumpliendo de este modo un relevante rol fiscalizador.
Con lo expuesto, se hace evidente que los medios de comunicación social tienen un amplio potencial de acción sobre los proyectos estratégicos de escala regional y local; y es en este sentido que cabe relevarlos, apoyarlos y fortalecerlos para que cumplan un rol cada vez más activo en el desarrollo regional.
Esto es relevante de recordar y enfatizar, más cuando se pone en evidencia las limitaciones económicas que muchos medios de comunicación regionales y locales han estado enfrentando los últimos tiempos, en especial por el acentuado centralismo que prevalece en la inversión publicitaria, creando condiciones muy complejas para el desenvolvimiento más activo de los medios regionales. Ello, más aún cuando surgen también canales alternativos y se tiende a concentrar el interés en redes sociales que, aún a pesar de su carácter eficiente y masivo, no logran todavía la profundidad de tratamiento requerido en temas estratégicos, quedando entonces un amplio espacio para avanzar.
Se precisa por tanto de una sociedad civil que haga uso de sus medios de comunicación regionales y locales, valorándolos en tanto los necesitan como espacio de convocatoria, encuentro y también denuncia, que por cierto fortalece a la propia sociedad civil regional y local en el relevante proceso de “hacer región” para un desarrollo territorialmente más armónico y equilibrado de Chile.
* Columna de opinión publicada en Sabes.
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